Un mal diagnóstico por parte de un médico en Inglaterra, terminó por cobrarse la vida de Luke Abrahams, un chico que soñaba con ser futbolista de élite y estaba en el camino del profesionalismo.
El joven de veinte años militaba en Blisworth FC y Hunsbury Hawks FC, cuando de pronto paró de asistir a los entrenamientos por culpa de un fuerte dolor de garganta, el cual su médico de confianza le recetó antibióticos tras diagnosticarle amigdalitis.
Tras unos días de tratamiento Abrahams no mejoró en lo más mínimo, al contrario, empeoró, pues ahora comenzó a sentir calambres en sus piernas que le generaban un dolor insoportable, como le contó a su madre.
Luego de vivir con el dolor, por fin los médicos se decidieron a enviar una ambulancia por él, misma que lo llevó al hospital donde inmediatamente después lo internaron con motivo de una infección bacteriana extendida por todo el cuerpo.
Esto llevó a que le amputaran una pierna, proceso en el que murió Abrahams. De acuerdo con los resultados de la autopsia, tenía un síndrome de Lemierre, “una complicación rara de la amigdalitis bacteriana” que produce la muerte de pacientes “jóvenes y sanos”.