Seguramente ya ha escuchado o leído sobre el asteroide denominado Bennu, también conocido como “El Asteroide de la Muerte”, este último nombre se lo ganó al detectarse que en septiembre del año 2135 podría impactar con la Tierra.
Faltan muchos años aún, y la probabilidad del impacto es de 1 entre 2,700, pero el asteroide Bennu tiene un diámetro de casi 500 metros, y su impacto contra la Tierra generaría una explosión de 1.15 gigatoneladas de energía, que tendría una destrucción 23 veces más grande que la bomba de hidrógeno más poderosa conocida hasta la fecha en el planeta.
Por tal motivo ya la Nasa y otras organizaciones ya trabajan en una solución, bien sea para cambiar el curso del asteroide de la muerte o para reducir el impacto que el mismo pueda ocasionar.
Entre los planes que tiene la agencia americana es de lanzar una cohete, denominado HAMMER (Hypervelocity Asteroid Mission for Emergency Response), la cual tendrá un peso aproximado de 8.8 toneladas y llevará en su interior ojivas nucleares con las que buscará detener la trayectoria de Bennu y desviarlo de vuelta a la órbita sol.
La alternativa que manejan es la de desviar el asteroide de la órbita de la tierra, ya que si lo destruyen tendrían que calcular en qué parte del planeta caerían los residuos que resulten de la explosión y sería casi imposible determinar todas las variables.
Por ahora la Nasa trabaja en la mejor solución posible y mantienen el proyecto HAMMER en fase de prueba.
